sábado, 17 de octubre de 2009

Un relato...

Me incorporo sobresaltado, ¡mierda!, maldita sea, me he vuelto a dormir, con las legañas en los ojos bajo las escaleras hacia la cocina, los ojos medio cerrados...o medio adiertos, como tú prefieras, ¡noooo! ¿en esta casa qué pasa ? ¿qué si no me levanto yo, nadie hace el café? lo busco a toda prisa entre las latas de maíz, atún, entre las tazas de sal, azúcar ¡encima no queda!, no queda lo único que entra en mi estomago por las mañanas,l o único que me permite abrir totalmente los ojos, lo único que le pido a mi madre que nunca falte en la casa, para una maldita cosa que tiene que hacer: la compra, y ¡no trae café!. Subo hasta su cuarto, aún duerme la zángana, cómo se nota que no tiene nada que hacer, descargo mi ira sobre ella, le digo las cuatro verdades que pienso, tengo la adrenalina por las nubes, ella me mira atónita sin soltar palabra, me da igual, se lo merece, ayer le recordé que comprara el maldito café.
Corro hacia la parada del bus, lo cojo, no se si decir: que suerte...porque no me he podido fumar mi cigarrito mañananero, miro el paisaje, el aburrido y monótono paisaje de todas las mañanas, bajo la mirada: fumar mata, tengo el paquete en las manos, leer esto solo me recuerda que no me he podido fumar el cigarro y encima sin café...bajo del autobús, intentando hacer las zancadas más grandes y a toda prisa me dirijo al metro, la mirada fija al frente, cara seria y ceño fruncido ¿ceño fruncido? Sí, lo he notado cuando lo he relajado, ni si quiera me había percatado...ya llego, una chica joven con un ridículo chaleco reflectante me ofrece el periódico gratuito de por las mañanas, se lo cojo ya que con las prisas se me ha olvidado el mp3, joder mi vida es un asco. La crisis arrastra ya más de 4.000 parados, va, paso de amargarme leyendo estas noticias, prefiero bajar la cabeza, acomodarme en mi asiento y mirar los zapatos de la gente, no quiero cruzarme con ninguna mirada, hoy no, además me incomoda. Bueno creo que al menos podré llegar a última hora, y que me sirva de algo productivo a mi vida, no solo copiar y copiar, que es lo que he hecho en mis últimas ¿3.333 clases? Suspiro...salgo a toda prisa del metro y aunque odio subir las escaleras andando, lo hago, no me queda otra, si quiero que el "Brasas" me deje pasar.
Medio exhausto abro la puerta de clase...durante por lo menos un minuto entero me quedo mirando fijamente la pizarra, hoy me parece más grande, empiezo a notar el cosquilleo en las piernas, (he subido las escaleras corriendo). Mañana huelga... sí ... justo lo que escribió el delegado ayer, estoy cansado, me siento en una silla del desierto aula, la luz apagada, un ligero rayo de luz se cuela entre las persianas, medio bajadas...o medio abiertas, según prefieras, y pienso: soy gilipollas, no se sí es porque realmente lo soy, o porque pienso que lo soy, y entonces lo soy. Verás, mi madre siempre me dice que todo lo que nos pasa es por nuestros pensamientos, sí piensas que eres gilipollas, aunque no lo seas, gracias a tu pensamiento lo acabarás siendo. Yo creo que he superado la fase de pensarlo y ya definitivamente lo soy, y encima estoy ¡sin café!.. noto como una lágrima cae de mi ojo derecho resbalandose suavemente por mi mejilla, seguidamente otras la acompañan para que no se sienta sola...y ahora esto ¿por qué? ¿es por el café? … Me siento mal,como si el corazón me presiona, y sin pensar, sí, sin pensar, saco instintivamente el móvil y escribo: LO SIENTO.




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