jueves, 17 de marzo de 2011

tan solo no pensar...


Correr, Correr, ¿para llegar a dónde? No, para huir.

Huir...huir del ruido que taladra mi cabeza; mareante como el aleteo de la abeja, odioso como sonido de mi despertador, estridente como el roce de la tiza en la pizarra...

Es el ruido de mis pensamientos, reverberan en mi cabeza. Me impiden oír la música.


Cobarde, eres una cobarde.


Buscar algo, esperar algo, añorar algo. No lo consigues. Se te oprime el pecho, te quedas sin aire, te cuesta respirar. El estómago se te hace un nudo. Blanco, ojalá todo fuera blanco, amplio, sin oír, sin pensar...


Te has fallado, te has vuelto a fallar.


¿Y luego qué? Esa horrible sensación de soledad, de vacío. Hay mucha gente, pero son efímeros. Sólo sombras proyectadas, son sólo eco... pero, para que haya sombras tiene que haber luz…



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